Nací entre telas.
Escuchando los telares de la fábrica de Benja, mi papá, fundada por mi abuelo León.
Blubana se llamaba.
Cuánto amor y sabiduría. Cuánto ingenio y buen gusto.

Acompañarlo a ver cómo se tejían sus sueños, sus creaciones, era una maravilla.

De él aprendí  a amar la nobleza de las fibras y texturas. Los tintes, los colores.
El ruido ensordecedor de los telares eran música para mí, el olor tan característico de la tela recién tejida
y luego salida de la tintorería industrial. 

Todo tiene un proceso, todo requiere de paciencia y la magia aparece.

Desde chica me interesé por la decoración de los espacios.
Por embellecer nuestro entorno y disfrutar al máximo de nuestra casa. 
Devoraba y me suscribía a todas las revistas de deco.
Aún tengo los ejemplares desde el número 1 de Para ti deco,  Revista Living,
El Mueble y varias más.
  
Sin embargo, como soy muy tímida y también amo la literatura, conocer distintas culturas y la comunicación, 
decidí estudiar y especializarme en idiomas. Inglés y francés traductorado y profesorado.

Trabajé muchos años de esto, especializándome en distintas áreas de la
traducción simultánea, pero mi primer amor, el textil, seguía siempre acompañándome. 
Ver las nuevas colecciones de papá que me mostraba con tanto orgullo e interés por mi opinión era todo.

Hasta que decidí comenzar a fabricar. 

Ropa para adultos primero, con el tiempo ropa para chicos con mi querida amiga Jesy.
Creamos una marca, Little by little. Pusimos un local. Nos fue bien, y me gustaba. Pero faltaba algo.

Yo seguía dando clases en empresas y traduciendo en congresos y editoriales.

Y llegó  el día,  hace ya mas de 25 años , que entendí que lo mío era la deco.
Que soñaba cuartos, espacios  colores. 

Y nació Concepto Cálido. 
Mi empresa. Amo lo que hago. Obviamente a veces quiero largar todo por tantos palos en la rueda.
Esos son los momentos en que vuelvo a escuchar a Benja,
que hace ya años que me acompaña desde otro lugar,
decirme que es imposible abandonar lo que amas, tu sueño y tu pasión. 

Y lo sigo escuchando. Seguir sus consejos siempre desde el corazón. 

Hacer de mi casa, hacer tu casa, tu lugar en el mundo.

Gracias por acompañarme. Gracias por confiar y dejarme entrar en tu lugar.  Simplemente gracias.


Betina

¡GRACIAS!